Marcus

Marcus es teatralidad. Es un caminar de actuaciones fingidas. De logros frustrados. Es la obra literaria que nos muestra a nosotros mismos desde adentro. Con nuestras frustraciones, con nuestras caídas, pero sobre todo con nuestros logros. Marcus es la representación de la tragedia humana. Es un esclarecimiento universal de lo que en realidad es importante y lo que no lo es, visto desde sus relatividades. Esta magnífica novela importantiza cosas tan sencillas como comer, defecar, reír... Desmaterializa al hombre para presentar sus vicios, sus maldades, sus deseos, sus metas y nos demuestra cómo estos vicios o virtudes para otros se convierten en obsesiones. Se consigue el éxito y al fin y al cabo de nada nos sirve. Moriremos. Somos dioses mortales. Nos da a entender que las cosas más sencillas son las que en verdad importan y las opuestas, las que aparentan grandiosa para muchos. Las materiales: ser millonario, leer y jactarse de ser un erudito. Nos cuestiona ¿para qué demostrar que somos buenos si moriremos? Es esta una novela que nos presenta una clara evidencia del devenir de la materia. Nos recuerda que la vida es prestada y siendo un intelectual o un mendigo estamos sentenciados a morir y ser enterrado con los del montón. Marcus es una obra de arte que con sutilezas reales nos recuerda que somos dioses que mueren.
Bladimir Ramos.